En la carpa montada con 10 aires acondicionado en el centro del Gimnasio Municipal de Monteros se escuchaba ayer a la siesta una danza de millones. Que el Ministerio de Obras Públicas de la Nación volcará $ 17.095 millones para que se ejecuten trabajos en distintos puntos del territorio tucumano. Que el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat invertirá $ 9.789 millones para que haya más soluciones habitacionales frente a tanto déficit. O que el Ministerio del Interior enviará $ 934 millones para financiar la creación de la base del Comando de Región IV “Tucumán” de Gendarmería Nacional. Así hasta llegar a los $ 33.182 millones que será la cifra global que el Gobierno nacional girará, paulatinamente, a la provincia, según lo anunció ayer el presidente Alberto Fernández, en la reunión de gabinetes nacional y provincial en Monteros, la capital alterna de la Argentina.
Los proyectos había sido solicitados por el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, que en septiembre pasado pidió licencia como gobernador para convertirse en la mano derecha del Presidente. Su compañero de fórmula, el vicegobernador Osvaldo Jaldo, reclamó a los funcionarios celeridad para terminar con la parte administrativa de las iniciativas y así garantizar el financiamiento. La aproximación de la cifra de inversión federal fue lanzada a principios de octubre, en la poblada visita que el gabinete tucumano le hizo al Presidente y a Manzur en Casa Rosada. Ayer se firmaron los convenios que, entre otras cuestiones, establece los compromisos de ambas partes para el desembolso de los recursos. Pero, ¿qué posibilidades hay que estos acuerdos se conviertan en simples promesas o anuncios, tomando como referencia lo que sucedió otras veces? El interrogante fue respondido por el propio Jaldo. “La formalidad de los convenios quita toda posibilidad de que queden en el terreno de las promesas”, respondió el vicegobernador a cargo del PE a la consulta de LA GACETA. Hoy, por caso, en el antedespacho del primer piso de la Casa de Gobierno, detallará los alcances de cada convenio.
Jaldo agregó que las partidas presupuestarias federales corresponden al ejercicio 2021. Por lo tanto, los fondos están garantizados para que las obras puedan iniciarse en el menor tiempo posible. “Ahora, todo depende de nosotros, de la velocidad que le imprimamos a los trámites administrativos para certificar las obras y que lleguen los recursos”, indicó el tranqueño. De sus palabras surge otra cuestión: baja tolerancia a la burocracia administrativa. El ritmo de gestión y ejecución de las obras será como una evaluación de desempeño para las cabezas de las áreas que obtendrán el dinero para ejecutar obras. Algunas podrían arrancar a fines de enero o principios de febrero. Pero todo 2022 será de plena ejecución de trabajos públicos. “Esto implica generar puestos laborales que saquen de la desocupación y de la pobreza a las familias tucumanas que hoy no cuentan con un ingreso fijo”, puntualizó el vicegobernador.
Monteros forma parte de las ciudades denominadas como Capitales Alternas por la ley 27.589, sancionada por el Congreso en noviembre de 2020 con el fin de descentralizar la gestión con políticas públicas equitativas para superar las asimetrías territoriales.
El de ayer, en el municipio que dirige el intendente Francisco Serra, fue el quinto encuentro de este tipo, luego de los realizados en Comodoro Rivadavia (Chubut), Río Grande (Tierra del Fuego), Chilecito (La Rioja) y Rosario (Santa Fe). “Necesitamos que la Argentina crezca por igual en todos los sectores, porque no tiene sentido que algunos crezcan y otros sigan postergados”, dijo el presidente de la Nación.